
Cuatro ciudades.
Tres países.
Un sueño compartido.
Por Alfredo Bala – El Motivador
Desde Guangzhou hasta Osaka, y desde Chiang Mai hasta Bangkok, descubrí culturas ricas en historia, lengua y tradición, pero lo que realmente me impactó fue lo que todos compartimos: el ansia de encontrar un propósito, la fe en las posibilidades y la esperanza de una vida mejor para nosotros y nuestros seres queridos.
Ya fueran chinos, japoneses o tailandeses, cada público tenía su propia forma de expresarlo, pero sus corazones latían al mismo ritmo. El mismo fuego en sus ojos. El mismo deseo de libertad, salud y una vida con sentido.

Lo que ofrecemos a través de este modelo, este negocio de bienestar e impacto, es universal. Trasciende fronteras y culturas. No se trata solo de productos o planes de compensación. Se trata de devolver la esperanza a un mundo que la necesita desesperadamente.
Hace 45 años, soñaba con viajar por el mundo y marcar la diferencia. No por la fama. No por el reconocimiento. Sino por el impacto.
Ese sueño sigue impulsándome hoy en día.
Estoy agradecido a todos los asociados, todos los líderes y todos los nuevos creyentes que se unieron a mí en esta etapa del viaje. La Revolución Glycan apenas está comenzando, pero la misión sigue siendo la misma:
➡️ Empoderar a las personas.
➡️ Inspirar un propósito.
➡️ Construir una vida con impacto, juntos.
Gracias, Asia. Has llenado mi corazón.
Adelante.
